Con la creación e implementación de programas y políticas efectivas para la infancia temprana, la sociedad puede asegurarles a los niños cimientos sólidos para un futuro productivo. Cuatro décadas de investigación en evaluaciones han identificado programas innovadores que pueden mejorar una amplia gama de resultados con impactos que se prolongan hasta la edad adulta. Las intervenciones efectivas se fundamentan en la neurociencia y en la investigación sobre el desarrollo infantil y se guían por la evidencia sobre qué funciona y para qué propósito. Si se presta especial atención a su calidad y mejoramiento continuo, estos programas pueden ser costo-efectivos y producir resultados positivos para los niños.
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Los servicios efectivos construyen relaciones de apoyo y entornos estimulantes.
Los servicios efectivos construyen relaciones de apoyo y entornos estimulantes. Para desarrollar una arquitectura cerebral sólida, los bebés y los niños pequeños requieren de una interacción confiable con adultos afectuosos y de entornos seguros que puedan explorar. El estrés tóxico (véase EnBreve: El impacto de la adversidad en la infancia temprana sobre el desarrollo del cerebro) puede dañar esa arquitectura, pero la implementación de programas enuna variedad de entornos – el hogar, los centros de cuidado y educación temprana, los hogares de acogida y otros – pueden proteger a los niños del estrés tóxico proporcionándoles relaciones estables con cuidadores receptivos. En el contexto de estas relaciones los programas deben apoyar el desarrollo emocional, social y cognitivo, que están inextricablemente entrelazados en el cerebro. No podemos lograr el uno sin el otro.
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Las intervenciones efectivas abordan desafíos del desarrollo específicos.
Las intervenciones efectivas abordan desafíos del desarrollo específicos. Décadas de investigación científica sobre el cerebro y el desarrollo sugieren un enfoque en tres niveles para asegurar la salud y el bienestar de los niños pequeños:
- El nivel 1 cubre lo básico: los servicios de salud, el cuidado estable y receptivo, y los entornos seguros que todos los niños necesitan para construir y mantener cerebros y cuerpos fuertes.
- El nivel 2 incluye intervenciones focalizadas en los niños y en las familias que viven en pobreza. Los programas que combinan centros de cuidado y educación temprana efectivos y servicios para los padres, tales como apoyos educativos o económicos, pueden tener efectos positivos sobre las familias y aumentar la probabilidad de que los niños tengan éxito en la escuela.
- El nivel 3 ofrece servicios especializados para los niños y las familias más propensas a experimentar estrés tóxico. Los tratamientos específicos y efectivos tales como las intervenciones y los servicios que se ofrecen para el maltrato infantil, la salud mental o el abuso de substancias, pueden lograr resultados positivos para los niños y los padres, y rendir beneficios para la sociedad que superan los costos del programa.
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Los factores de efectividad distinguen los programas que funcionan de aquellos que no lo hacen.
Los factores de efectividad distinguen los programas que funcionan de aquellos que no lo hacen. La ciencia de la evaluación ayuda a identificar las características de los programas exitosos, conocidas como factores de efectividad. En el cuidado y la
educación temprana, por ejemplo, los factores de efectividad que en múltiples estudios han mostrado mejorar los resultados de los niños incluyen:- Personal calificado y apropiadamente compensado
- Grupos pequeños de niños y alta proporción de adultos por niño
- Entornos lingüísticamente enriquecedores
- Currículos apropiados para el nivel de desarrollo
- Entornos físicos seguros
- Interacciones cálidas y receptivas entre los adultos y los niños
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Los programas de desarrollo infantil que son efectivos generan beneficios para la sociedad que exceden de lejos sus costos.
Los programas de desarrollo infantil que son efectivos generan beneficios para la sociedad que exceden de lejos sus costos. Las inversiones responsables se concentran en programas efectivos dotados del personal apropiado, que son bien implementados y que mejoran continuamente. Los análisis exhaustivos hechos por economistas han demostrado que las inversiones en educación y desarrollo en los primeros años de vida producen los retornos más altos. La mayoría de esos retornos, que pueden oscilar entre $4 y $9 por dólar invertido, benefician a la sociedad a través de la reducción del crimen, del bienestar y la menor necesidad de actividades de remediación educativa, además de mayores ingresos e impuestos recogidos de quienes participaron en programas de desarrollo infantil cuando lleguen a la edad adulta.
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Implicaciones de Política
- El desarrollo y retención de personal calificado es crucial para el éxito de los programas de desarrollo infantil. En todas las agencias y programas, un personal bien calificado, entrenado y remunerado contribuye decisivamente a lograr los mejores resultados posibles para los niños y las familias. Invertir en las habilidades del personal y en su desarrollo profesional es esencial para la mejora continua de los programas.
- La calidad de la implementación es clave. Programas modelo pueden perder su impacto si no se llevan a escala correctamente. Los aspectos cruciales para asegurar la efectividad sostenida de programas implementados a gran escala son: estándares rigurosos en los programas, entrenamiento y asistencia técnica permanentes, y evaluación y mejora continuas de la calidad.
- Un enfoque de estrategias múltiples permitirá que los estados aseguren futuros más saludables para los niños. Ningún programa por sí solo puede cubrir las diversas necesidades que todos los niños tienen para su desarrollo. Un enfoque más prometedor es atender una gama de necesidades con un continuo de servicios de efectividad probada.
Para mayor información, véanse “La Ciencia del Desarrollo Infantil Temprano” y la serie de Documentos de Trabajo del Consejo Científico Nacional de Desarrollo Infantil. www.developingchild.harvard.edu/library/