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En Breve: La Función Ejecutiva — Habilidades para la vida y el aprendizaje

Published: August 7, 2017

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La investigación sobre el cerebro en desarrollo demuestra que las experiencias en la infancia temprana construyen los cimientos de una fuerza de trabajo calificada, de una comunidad responsable y de una economía dinámica. La evidencia reciente ha identificado un conjunto de habilidades que son esenciales para el éxito escolar, para la preparación y adaptabilidad de nuestra futura fuerza de trabajo, y para evitar una amplia gama de problemas de salud pública entre la población.

En el cerebro, la habilidad de retener información y de trabajar con ella, de concentrarse, de filtrar distracciones y de “cambiar el chip” es como un aeropuerto con un sistema de control de tráfico aéreo altamente efectivo, capaz de gestionar las llegadas y salidas de docenas de aviones en múltiples pistas. Los científicos se refieren a estas capacidades como función ejecutiva y de utorregulación, un conjunto de habilidades que depende de tres tipos de funcionamiento cerebral: la memoria de trabajo, la flexibilidad mental y el autocontrol. Los niños no nacen con estas aptitudes; nacen con el potencial para desarrollarlas. La gama completa de habilidades continúa creciendo y madurando en la adolescencia y hasta la edad adulta temprana. Para garantizar que los niños desarrollen estas capacidades, es útil entender cómo la calidad de las interacciones y las experiencias que nuestras comunidades ofrecen a los niños fortalecen o bien socavan estas habilidades emergentes.

Habilidades de la función ejecutiva construidas en los primeros años de la edad adulta

Las pruebas que miden las diferentes formas de las habilidades de la función ejecutiva indican que comienzan a desarrollarse poco después del nacimiento, siendo las edades de entre 3 a 5 una ventana de oportunidad crucial. El desarrollo continúa durante la adolescencia y la adultez temprana.